(Texto publicado originalmente en Mujer Emprendedora)
- Decide, a la temprana edad de nueve años, que quieres ser escritora. Leer es lo que más te gusta en el mundo. ¡Y no puede ser tan difícil!
- Escribe de forma más o menos constante y desordenada durante toda tu infancia y adolescencia.
- Envía relatos a concursos, y no ganes nada.
- A los dieciocho años elige estudiar periodismo, porque es lo más parecido que hay a ser una “escritora profesional”. Durante la carrera escoge todas las optativas que puedas sobre literatura, periodismo cultural, escritura creativa…
- ¡Escritura creativa! Gracias a esa asignatura, publica tu primer cuento en una antología con otros compañeros.
- Presenta el volumen en la Feria del Libro.
- Primeras firmas. Descubre que se te da fatal dedicar libros.
- Un año después, gracias a un curso de escritura de la Universidad, publica tu segundo cuento, en un volumen con aún mejor pinta. Éste no se presenta en ninguna parte, pero ahí está, flamante en tu estantería.
- Pocos meses después recibe el accésit en un concurso de la universidad que lleva por título “Descubriendo mujeres”. Descubre tu querencia por la teoría literaria feminista.
- Trabaja de periodista en radio, y recíclate como técnico de comunicación corporativa, porque hay una crisis mundial y están cerrando todos los medios y los que sobreviven lo hacen a base de becarios. Sigue escribiendo, de forma desordenada e inconstante. Empieza miles de cuentos, no acabes ninguno.
- Compra compulsivamente cuadernos. Colecciona plumas.
- En todo este tiempo, no dejes de leer.
- Apúntate al primer máster oficial de escritura creativa que se pone en marcha en España, coincidentemente en la ciudad en la que vives.
- Aprende, practica y haz grandes amigos. Defiéndete con uñas y dientes de todo el que te insinúa que ese máster no tiene aplicaciones prácticas.
- Presenta como trabajo de fin de máster tu primera novela: La hija de Barbazul, una reescritura feminista de las imágenes más cruentas de los cuentos infantiles (¿infantiles? ¡No me hagas reír!): “Caperucita”, “La bella durmiente”, “La sirenita”… y sobre todo ese cuento que te aterrorizaba de pequeña, “Barbazul”. Hila esas imágenes en un único argumento detectivesco, una novela de casa encantada, la historia de Karen, que vuelve a la casa de su familia cuando recibe la noticia de que su padre, al que no recuerda, está moribundo, y descubre que la historia de su familia es más oscura de lo que pensaba.
- Emociónate cuando recibes la máxima calificación en tu tribunal de fin de máster, con una ligera reprimenda por el tamaño de la novela (más de 300 páginas en Word).
- Mantén que es una novela de verdad, con el tamaño de una novela de verdad.
- Corrige tu novela y mándala a concursos.
- Espera con ilusión los fallos que, sucesivamente, van resolviéndose.
- No ganes ninguno.
- Corrige tu novela y prepara una propuesta editorial.
- Haz una criba de editoriales que pueden estar interesadas en publicar una novela como la tuya y envía tu propuesta.
- Sigue esperando. Envía la novela a concursos.
- Empieza a escribir tu segunda novela y aquí cambia de registro. Una novela realista, más corta, más seria (pero sin pasarse).
- ¡Recibe tus primeras cartas de rechazo de editoriales! (Editoriales de verdad, de las que publican libros que tienes en tu mesita de noche). Consuélate porque al menos te han contestado. Imprime las cartas y cuélgalas en tu tablón de anuncios.
- Sigue intentándolo, cada vez con menos entusiasmo. Sigue escribiendo.
- Deja que la vida siga su curso. Descuídate un poco y deja que tu trabajo (el real, el de ocho horas diarias y nómina a fin de mes) ocupe la mayor parte de tu tiempo.
- Acaba el primer borrador de tu segunda novela. Celebra las publicaciones de tus amigos.
- Desilusiónate.
- Envía tu primera novela terminada a otro concurso, el último día del plazo y a última hora, después de pelearte con la dependienta de la copistería que te dice que esa novela es demasiado gruesa para enviarla por correo a ningún sitio, y nadie se la va a leer.
- Olvídate de que la has enviado. Sigue adelante.
- Un día recibe de la nada la llamada avisándote de que tu novela ha sido preseleccionada con otras cinco en el VIII Certamen de Novela Ciudad de Almería.
- Emociónate.
- Espera un mes, vigilando compulsivamente el el teléfono.
- Sueña ¿Y si es ahora? ¿Y si está pasando?
- Recibe otra llamada, ésta aún más feliz que la anterior. Celebra que tu novela ha sido seleccionada como finalista, y celebra aún más que en este premio hay dos finalistas, y aunque en la entrega de premios uno de ellos sea seleccionado como ganador, ambos son publicados.
- Quédate la noche en vela porque está pasando, de verdad, ahora sí.
- Durante todo el mes, que es agosto, corrige tu novela y prepara la edición con la editorial. Corrige, una, otra y otra vez. Revisa la dedicatoria, escribe los agradecimientos. Hazte consciente por primera vez de la cantidad de gente que te ha ayudado a llegar hasta ahí.
- Llora de emoción cuando ves por primera vez el diseño de la portada de tu novela, y te encanta.
- Trasládate a Almería para pasar el fin de semana. Participa entusiasmada en las visitas culturales que te han preparado y hazte amiga del otro finalista. La noche anterior a la entrega de premios quédate en vela.
- No desayunes.
- Permanece atenta en la primera fila de asientos, rodeada por tu familia. Baja tus expectativas, porque ya has ganado por el simple hecho de estar allí y vas a publicar de todas formas. Apenas respires mientras leen el fallo y empieza a aplaudir antes de tiempo, antes de darte cuenta de que es tu nombre el que pronuncian. Quédate sin aliento al saberte ganadora.
- En la entrega de premios firma ejemplares. Constata que dedicar libros se te da realmente mal.
- Regresa a casa. Duerme. Comprueba que no ha sido un sueño, aunque es un sueño cumplido. Empieza a trabajar en la promoción de tu novela.
- Empieza de nuevo.